domingo, 5 de enero de 2014

Una historia sin final
Todo tiene un comienzo

Esa noche sin fecha yo jugaba con mi mente como solía hacer cuando forjaba imágenes de mis sueños y deseos. A los doce años, no se es de aquí ni se es de allá. Se es tan hombre como para empelotar en la mente a la profe de Inglés -sitica-, pero tan niño como para arrepentirse el domingo y contarle al cura buscando el perdón divino. Hay muchos "por qué" sin respuesta, para una mente demasiado inquieta para un vivir tan limitado.
En nuestra habitación, las noches eran oscuras y frías. Tan frías como lo podían ser las noches Santafereñas en la Bogotá del setenta y cuatro.
Pero la imaginación al filo del sueño puede crear cosas aterradoras también. Esa noche sin fecha mi mente me jugó un mala pasada, que al final era una contradictoria concepción.
Mi noche se cubrió de sombras y angustia.
En la oscuridad de la noche, mi cerebro jugando con los conceptos más básicos de la naturaleza, había concebido "la nada".
Jugando a poner toda las cosas en un punto, así como un agujero negro se traga toda la materia circundante con voracidad, mi punto imaginario se iba engullendo todo lo que allí ponía.
Al final también me engulló a mi, y me sentí prisionero en un punto. Luego, para completar la desesperación imaginé que se punto desaparecía en la nada. Ya no había nada. Y entré en pánico.
Mi hermano que me sigue en edad, es una persona que siempre ha sido básico y sencillo, sin gusto por las complicaciones de la vida. Tanto que le encantaba los cartoon mas simples que había en la tele de aquella época: El Gato Felix. Se despierta y me ve desencajado y dice...
-¿Qué le pasa?
- Es que me imaginé la nada...
- Otra vez pensando en güevonadas...?! Deje dormir...!!
Se acostó de nuevo y arropándose se acomodó.
Yo me dormí por el cansancio natural, pero mucho rato después.
Mi mente es un animal silvestre que gusta de pacer sin límite ni ambición. 

Inhumana e ilógica divinidad

El yo pecador ...y el Dios magnánimo

En la letra de la música que se hace llamar cristiana, se evidencia la inhumana lógica de quien ha encontrado a Cristo. Es una tonta retahíla de frases inconexas que pretenden mostrar al cantante como un ser sumiso y entregado totalmente a la voluntad de un ser etéreo e inexistente, que más se asemeja a un ser despótico y despiadado, quién necesita alimentar su egolatría desproporcionada con el constante martillar de lo grande y maravilloso que es. Lo bendito, lo divino, misericordioso y toda esa sarta de adjetivos anacrónicos que no se podrían aplicar a un ser que gobierna un universo con tal capricho, dolo, negligencia y indolencia. Que además es un ser sanguinario y vengativo, como puede leerse a lo largo del texto Bíblico, nunca se le ha visto.
Cantan fingiendo un amor que en el fondo es temor, adulación y arrepentimiento, en espera de un favor personal, egoísta y mezquino.
Es exasperante.
Y ahora me vengo a desayunar que están invadiendo el Congreso Nacional como una gangrena en la concepción legislativa, que debe ser completamente imparcial y sin tendencias.
En la Constitución del 91, estoy casi seguro que la causa por la que el viejo Pastrana abandonó su escaño en la asamblea constituyente -no se la verdad como se coló esa marmota conservadora en ese sagrado concilio-, fue que la misma no incluyó en el encabezado de la nueva Constitución el consabido "En el nombre de Dios...", sino que puso "El pueblo de Colombia". Como debía de ser!
La Asamblea mandó a la pederastia en pleno a freír espárragos.
Estoy de acurdo en que cada quién crea en lo que le venga en gana, pero que no joda a los demás con sus sandeces, que para sandios ya tenemos bastantes como para seguir cultivando más.